Sección de Investigación y Desarrollo en avances Intergeneracionales en pro de una sociedad Inclusiva

La experiencia de las personas mayores mejora la percepción de riesgos en adolescentes

Proyecto

Por CONFEMAC

 

  • Los testimonios más impactantes para los estudiantes han sido de las personas mayores que han tenido experiencia directa con el alcohol, ayudándoles a prevenir riesgos.
  • La intervención de personas mayores en las aulas se ha mostrado significativamente más eficaz que la del profesorado en estos temas.

 

La Confederación Estatal de Mayores Activos (CONFEMAC) ha llevado a cabo en varios centros educativos de Andalucía la investigación “Con la seguridad de la experiencia: educar para la prevención” gracias a una beca de la Fundación MAPHRE y con la colaboración de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía.

 

Durante 12 sesiones de una hora, en las que han participado más de mil alumnos/as de la ESO, se pretendía contrastar la influencia de las personas mayores y de su profesorado habitual, sobre la percepción de los riesgos de adolescentes respecto al consumo de alcohol asociado al tiempo de ocio y respecto al abuso de Internet.

 

Los resultados obtenidos han sido interesantes de cara al futuro en la prevención de riesgos de los temas abordados y respecto al papel positivo de las personas mayores en programas intergeneracionales con adolescentes en centros educativos.

 

Resultados positivos

 

Los IES participantes han sido: Fernando Quiñones y Pedrera Blanca, de Chiclana de la frontera; Trafalgar, de Barbate; Blas Infante, de El Viso del Alcor y Pablo Picasso, de Sevilla.

 

En conjunto, se puede afirmar que los resultados obtenidos ofrecen un panorama prometedor en el sentido de que la intervención de personas mayores en las aulas se ha mostrado significativamente más eficaz que la del profesorado y, sobre todo, que la no intervención en el grupo control.

 

Lo que más ha impactado en los adolescentes han sido los testimonios de personas mayores que han tenido experiencia directa con el alcohol. Tras escuchar y dialogar con estas personas, los estudiantes no sólo han reconocido que perciben algunos riesgos sino que han demostrado estar convencidos de que hay que hacer algo al respecto, y quieren implicarse en ello.

En definitiva, se ha visto que aportar experiencia directa y vivida parece tener más poder de convicción a la hora de educar para la prevención, con un matiz fundamental añadido: esa experiencia debe proceder de personas que puedan ser percibidas por los adolescentes de E.S.O. como claramente mayores y pertenecientes a generaciones precedentes en el tiempo, un criterio reconocido como típico por los estándares de calidad de los programas de aprendizaje intergeneracional.